Un permiso sin permiso

Necesidades de estar aquí, necesidades de recurrir a la pantalla, necesidades de recurrir a los teclado sin más allá un lapicero y unas notas para desplegarlo. Necesidades... necesidades de despertar para ir al trabajo, necesidades de agilizar los tiempos para que la rutina acabe, necesidades que también gustan, necesidades que te hacen sonreír con aquellos que jamás viste y que ahora ves de vez en cuando, cuando se decide no usar la tecnología que los congela algunas veces en menos de una hora, nos congela, pero igual me da gusto verlos, pero más me gusta estar bajo el sol, con casaca, arreglando juntos un árbol de navidad.

Hoy puedo advertir dos temores; uno el temor al mar, no en su inmensidad, por que en mi instante no lo tuve, ahora lo tengo, luego de años que sucedió, pensé que eran mis pestañas superficiales en la mente que no me permitían sentirlo, pero era mi agobiante espera, agobiante, tan agobiante que recuerdo algo que escribí en aquellos instantes donde ella te esperaba con tallarines rojos y una gelatina. Yo te esperaba con más música, pero aquí la llevo dentro por ti, llevo mi espíritu que nació y renació, y a veces quiere nadar para devolverte aquí, o volver al instante, aquel instante que sentí ese vacío tan asqueroso y desolador, pero que ahora me hace la más fuerte, aquella de la que siempre tu me hablaste, porque si, mediante este temor que hoy nuevamente salió a la luz (con tantos detalles tuyos), hoy me doy cuenta que lo que algún día me escribiste es lo más cierto que guarda mi corazón. Así es cuando conoces a entes maravillosos que quizás jamás conociste.

El segundo temor que advertí, fue el que no existan mas entes maravillosos que pudiesen guardarse historias que te permitan creer que esto es mas que el mundo que esta aparentemente presente día a día,  que lo mágico ya no te lo demuestren y lo escondan porque son etiquetados de alguna manera que es repudiable para la existencia, no quisiese que dejen de existir ni aquí, ni en el mas allá, porque lo quiero creer inacabable y se que mi mente optará por hacerlo filosofía, como iniciales marcadas en la piel que están ahí, aunque no puedan verse. Permitan que podamos evolucionar... Quizás antes esperé a irme pensando que jamas había dado un paso para mi evolución, pero desde que estuve en un lugar que aun no conozco quizás, y desde que fui alguien o algo que respiraba que no se quien es o fue quizás;  evolucioné, siempre evolucioné, cada paso que dí, cada paso que retrocedí, cada paso que me volví un hielo y amé desaparecer, pero aun recuerdo esa canción, y la hoja donde estaba que anhelaría tenerla ahora y en este instante la encuadraría porque es una manera de que el ser humano sienta que esta ahí, protegida y que nadie la destruirá, nadie ni nada.

Quizás parezca loco, pero esta es mi manera de evolucionar, por eso siempre prefiero pisar huevos, amo los huevos, es lo mejor que se pisar. Como en las nubes.

PD: Y mi gran deseo, como olvidarte, entraré a los pasillos pero desde el otro lado y desde el mismo, porque para llegar tendré que haber estado en los dos lados y en el mismo a la vez.


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