Se mira y no cabe duda que alguna percepción cambió o algún foco se prendió. La soledad te enseña y también muestra su lado bueno, su lado no dependiente, su lado libre. Pero, el lado tentativo continua y se llena de vacíos, soledades numerosas y cambiantes, muchas veces sin sentido. Ejemplificaciones de comida que hoy causan repulsión y que no desagrada el intentar disfrutar algo que ojalá permanesca en ella sin necesitar de nadie.
Por alguna razón todo se enrrumba de una manera, es comprensible, sin embargo el haber nacido y haber dormido durante todo ese tiempo y luego andar somnolienta por algo que ni identificaba, solo se regisra un parecido a la impotencia de no saber como aprender en un estado solitario que quizás, tan solo quizás me permita pertenecerme.
Yo me pertenesco.
Dos locos que congenien... eso ya no importa mientras todo se asiente en ti mismo, lo demás se va dibujando como un cuadro que tiene probabilidades de nunca ser terminado.
Dios espera por mi, por mi ser libre; el sol sale y es una de las situaciones naturales que más amo, sin embargo no lo puedo disfrutar como yo quisiese, la averguenza me aterra; si pudiese entender como ame sentirlos, y como hago para no odiarlos tanto ahora, fuertes, duros, que a veces se reafirman, pero en menor potencia; ya casi ni la distingo, casi no tienen fuerzas, ahora sus puntas me duelen, sus puntas que quiero tapar, sus puntas que siento que son grandemente observadas como algo triste, como un: ¿¡Algo no está bien!?.
No puede negarse el vacío, lo no cosechado y lo cosechado, el silencio, el sin que perder... Es triste, claro, pero aquí, ella está con ella, aprendiendo a ser ella que jamás fue, sentir sus cabellos largos, cuidarlos, senti su cuerpo, manetenerlo sano, sentir su rostro y quererlo... Actitudes jamás vividas, jamas experimentadas, y que luego de tantos años de hibernación deben ser aprendidas... por supuesto que causa importencia pero digamos que "no hay nada q perder", ¡nada! Así es, más preguntas para qué.
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