Sin freno

No existe ninguna noción de mejora ni de cambio (si es que es posible). Ya no existe ni siquiera el gesto de sorpresa porque ya nada es soprendente, ni mínimamente, ni máximamente. En estos momentos soy el peor piloto que solo pisa el acelerador y su mente no piensa en nada, solo en la velocidad, solo en el aire que recorre su cara y más nada. No tengo ganas de apretar el freno en un paradero y menos aun si nadie se quiere subir. 

¿Quién se va a subir pues Sandra, acaso alguien va a querer desaparecer?, idiota.

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