Hoy amanecí extrañando


Hace mucho no sucedía, que amanecía o dormía extrañando. 


Recuerdo que al mudarme era constante, esa sensación tan profunda que no puedes ni tocarla para poderla sanar. 

Pero como poder sanar esa sensación de extrañar. Ya estas en otro lugar, en otro momento de la vida,  con otras personas, animales, plantas; las mismas, ya no están ahí. Puedes ir y volver, pueden venir a ti, pero siempre tendrán que irse.

A veces extrañas, pero no precisamente los últimos años quizás extrañas los primeros, esos primeros años donde el vínculo no estaba dañado y no tienes esa sensación tan triste de extrañar, pero que cuando vuelves quieres regresar lo antes posible.

Tengo que sanar mis constelaciones, sin sanar me siento como la bicicleta que me rehúso a reparar y deseo comprar una nueva solo para dejar la antigua estancada ahí, en el sótano de mi viejo hogar.


Comentarios